El próximo 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente 2015, y este año se ha designado como país anfitrión Italia, en el marco de la Exposición de Milán 2015. Además, se ha querido contar con un eslogan para generar conciencia sobre los hábitos de consumo: “Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación”.
Ha sido el más votado en las Redes Sociales, la frase más cercana a los internautas. Durante todo el año se profundizará en las diversas soluciones para la falta de recursos naturales, la producción en masa e incentivar consumo responsable y sostenible.
El ministro de Medio Ambiente italiano, Gian Luca Galletti, afirma:
Creo firmemente en los beneficios que ofrecen los modelos de consumo y producción sostenible en términos de oportunidades económicas, inclusividad, empleo, resiliencia y calidad de vida. Tenemos una oportunidad única para aprovechar este escenario nacional e internacional que representa la Expo 2015 y estimular un pensamiento y acción más decididos en vistas a las decisiones que se tomarán más adelante este año: el lanzamiento de la agenda del desarrollo post-2015, en septiembre y el nuevo acuerdo sobre Cambio Climático, en diciembre.
La protección de especies vegetales y animales amenazadas o en peligro de extinción debería formar parte del programa político de cada Estado, destinando una cantidad económica fija a ello, que no fuese retirada según el gobierno que accede al poder. Ya que su repercusión traspasa generaciones y lustros, no es una cuestión del hoy, es una cuestión del mañana.
Quizás lo más significativo consiste en educar a las personas de que se puede vivir con menos y ser igual o más felices, aplicado a todos los niveles, es decir no que el de abajo “se apriete el cinturón”, mientras los que están arriba viven con toda clase de lujos. Es una mentalidad que tardará tiempo en ser asumida por la sociedad, aunque en algunos países escandinavos esta circunstancia ya se da.
La idea que se tiene en la sociedad consumista y capitalista está confundida, esos valores tendrían que formar parte del pasado. Ya hemos entrado en otra era diferente, que es la de “salvar el planeta”, no la de pensar en nosotros mismos como especie. Nuestra civilización es ególatra por naturaleza, pero si se supone que el ser humano tiene la capacidad de pensar y de vaticinar lo que le espera, y tiene una inteligencia superior al del resto de seres vivos, ¿cómo es que no está construyendo su propio futuro? Será porque “el Hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra dos veces”.