- Proteje el medio ambiente natural. Puedes estropear los componentes del suelo talando demasiados árboles, sembrando demasiados granos, o realizando construcciones en exceso.
- Deposita la basura sólida de manera apropiada. Tirar basura sólida en el suelo puede parecer una forma simple de depositarla, no obstante los químicos de la basura yacerán en el suelo y lo dañarán. Cuando tires deshechos sólidos, hazlo en un canasto de basura, o infórmate acerca de los lugares en donde deberían depositarse. Nunca la pongas en el suelo.
- Evita verter agua contaminada en el suelo. La consistencia líquida del agua facilita que los químicos penetren en él.
- Busca alternativas para rociar pesticidas. Algunas personas los rocían en sus granos para prevenir que sean comidos por plagas; no obstante, los pesticidas poseen químicos nocivos que pueden permanecer en el suelo. Estos químicos pueden detener el crecimiento apropiado de futuros granos. Pueden también causar daño ambiental. Encuentra maneras naturales de evitar pesticidas en el terreno, tales como emplear insectos que se alimenten de plagas.
- Evita emplear fertilizantes en exceso. Si bien pueden ayudar a proveer nutrientes a las plantas, tales como potasio y fósforo, pueden contener rastros de metales, como el cadmio. Los metales pueden dañar el suelo y arruinar su fertilidad.
- Discute el peligro de la polución del suelo con otras personas. Cuenta a tus amigos y miembros de tu familia acerca de por qué es importante evitar la contaminación del suelo. Para dar un buen ejemplo, y ayudar a otros a hacer lo mismo, puedes trabajar para prevenirla.
